domingo, 5 de marzo de 2017

El paro docente, Baradel y el gobierno - Colaboración de Sebastián Miranda

El paro docente, Baradel y el gobierno

Por Sebastián Miranda

Hace 23 años que soy docente, estoy fuera de casa 11 horas diarias para poder vivir dignamente, me pagué mis estudios terciarios y universitarios con mi trabajo, nunca hice un paro y Baradel no me representa.
No me representa el privar a los chicos de un día de escuela, que es un derecho, no me representa el docente que considera a su actividad un simple trabajo y no una vocación, no me representan los programas sin valores, teñidos del más recalcitrante izquierdismo y de la más manifiesta inmoralidad contrarias al orden natural y a nuestras tradiciones.
No me representa el docente que falta continuamente a clase aprovechándose de un estatuto que da lugar a cualquier cosa, no me representa el docente que no quiera capacitarse, el que abusa de las licencias, el que no exige a sus alumnos, el que no los respeta. No me representan los que permitieron el ingreso de La Cámpora a las escuelas.
Pero tampoco me representa un gobierno que exige cada vez más a los docentes, que quiere profesionales como en Finlandia pero pagándoles sueldos como si fueran mano de obra barata, que habla del trabajo en negro pero que no elimina un sinfín de sumas no remunerativas que son un robo.
No me representan los que no pagan las innumerables horas extras que dedicamos a la planificación, elaboración de guías y correcciones. No me representan los que no dan importancia a este tiempo que sacamos a nuestras familias y esparcimiento.
No me representan quienes exigen al docente que sea autoridad, psicólogo, asistente social y que cumpla las funciones que la sociedad, las familias y el Estado abandonaron.
No me representa un gobierno que aumenta los impuestos un 40% (ABL, patentes), que aumenta los servicios un 200%, la nafta (aunque la empresa sea estatal) continuamente, que pide solidaridad cuando nos recarga impositivamente con cargas altísimas, que a una familia de clase media le exige bienes personales, impuesto a las ganancias, que cada vez que hay que comprar algo quita para el Estado el fruto de nuestro trabajo mientras no recarga de impuestos a la timba financiera y a las mineras, pero quiere que el aumento a los docentes sea de un 18% en 4 cuotas.
No me representa el gobierno que abrió un "voluntariado" para quienes quieran dar clase, despreciando el profesionalismo y la capacitación de muchos docentes. No me representan quienes no se dan cuenta que en los países avanzados, de los que tanto hablan, los docentes son seleccionados de entre los mejores promedios y cobran sueldos que les permiten vivir con dignidad.
Me representará el gobierno y los docentes que: entiendan que la escuela es cantera de formación en contenidos, métodos de estudio, amor a Dios, a la Patria y a la Familia. Me representará el gobierno que incentive la vocación docente, que pague sueldos dignos, que pelee con los sindicatos corruptos para eliminar del estatuto todo lo que facilita que docentes que parasitan el sistema se aprovechen de él para cobrar sin trabajar. El gobierno que incentive a los que abrazan la docencia como vocación y acción de servicio pero que a la vez les permita vivir con dignidad.
Mañana (aunque empezamos a concurrir al colegio el 3 de febrero, no tenemos "3 meses de vacaciones"), como hace 23 años, nuevamente cargado de esperanzas, de sueños, de un amor desbordante por la vocación que Dios quiso que tuviera, pero también con la clara conciencia de que hay mucho por hacer desde arriba y desde abajo...

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