lunes, 26 de marzo de 2018

Militantes abortistas: no les creo - Por Juan Carlos Monedero (h)


Militantes abortistas: no les creo
       
Por Juan Carlos Monedero (h)

         ¿Qué pasa si te hablan de propiedad privada mientras te meten la mano en el bolsillo? ¿Qué pensarías si tu pareja te dice que te quiere en el mismo momento en que te golpea con un garrote? Alguien dijo hace unos años: “No les creo el discurso de la libertad de prensa a los que manejan monopolios de prensa”. Y algo parecido pasa en la Argentina con los militantes abortistas. Por lo menos me pasa a mí. No les creo. No les creo su interés por eliminar la violencia contra las mujeres a quienes violentan a personas indefensas (estén en el vientre materno o paradas delante de una catedral, como en los Encuentros de Autoconvocadas). No les creo el discurso “Pongámonos en el lugar de la mujer embarazada que no quiere tener su hijo” a los que no se ponen en el lugar del niño por nacer. No les creo el interés “por la vida de las mujeres” a nadie que no les interese la vida de un niño.

No hago foco en si tienen razón o no. Hoy no voy a entrar en eso. Quien quiera profundizar en los argumentos puede acudir a lo que nosotros mismos hemos escrito aquí[1], aquí[2], aquí[3], aquí[4] (debate), aquí[5] (sobre la OMS), aquí[6] (Sobre Autoconvocadas), aquí[7], aquí[8], aquí[9], aquí[10] y aquí[11]. Remito asimismo los artículos de Mónica del Río[12], Pablo Grossi[13] y José Antonio Quarracino[14]. También a las palabras de Adolfo Aybar[15] y Francisco Llambías[16], quienes acertadamente hablaron sobre el papel de la Iglesia en este tema, por un lado, y sobre el hecho de que la vida del niño por nacer no debería entrar en debate. Asimismo, quiero mencionar los valiosos artículos de Tomás González Pondal[17]. Pero hoy no quiero entrar en eso. Apunto en esta ocasión al tema de la credibilidad. Porque los militantes por el aborto no son creíbles.

No creo en la invocación que hacen de una educación sexual “y científica” a quienes desprecian los aportes de la ciencia respecto del surgimiento de la vida en el momento de la concepción. No creo que les importe brindar “información de calidad a las mujeres embarazadas” a las mismas que desinforman permanentemente respecto a lo que piensan sus adversarios. No les creo su interés por las mujeres pobres que quedan embarazadas a quienes utilizan a las mujeres pobres para sus objetivos político-partidarios. No les creo su repudio a los violadores a quienes marchan al lado de ideólogos garantistas que dejan fuera de la cárcel a los violadores.

Legalizar el aborto implicaría un auténtico terrorismo de estado. En efecto, ¿qué otra sensación podría experimentar el niño si no es terror en el momento en que siente que el mismo medio que lo viene alimentando y cobijando se le vuelve –de improvisto– hostil y mortal? ¿Cómo creerles a los que protestan contra "el terrorismo de estado de la Dictadura Militar" mientras están a favor de aterrorizar a niños inocentes?

El 25 de marzo primero y el 20 de mayo después, millones de argentinos en distintas ciudades del país salimos un domingo a marchar, manifestando públicamente que no sólo pensamos que el aborto es un crimen sino que haremos algo más que quejarnos y lamentarnos al respecto. La alegría, la esperanza de quienes caminamos juntos es sin dudas una bocanada de aire fresco y puro, necesaria para librar esta auténtica batalla cultural. Hay que seguir militando: a la militancia de la injusticia, del egoísmo, del resentimiento le vamos a oponer la militancia por la Verdad, el Bien y la Belleza. Que no son otros que los Nombres de Dios mismo.





[1] https://apologetica-argentina.blogspot.com.ar/2016/05/carta-de-lectores-enviada-al-diario-la.html
[2] https://apologetica-argentina.blogspot.com.ar/2016/05/justificacion-eliptica-del-aborto.html
[3] https://apologetica-argentina.blogspot.com.ar/2016/05/replica-mariana-carbajal-pagina12.html
[4] https://apologetica-argentina.blogspot.com.ar/2016/07/debate-por-radio-sobre-la-dignidad-de.html
[5] https://apologetica-argentina.blogspot.com.ar/2016/10/que-sostiene-la-organizacion-mundial-de.html
[6] https://apologetica-argentina.blogspot.com.ar/2016/10/entrevista-sobre-autoconvocadas.html
[7] https://apologetica-argentina.blogspot.com.ar/2017/05/estrategias-culturales-y-aborto.html
[8] https://apologetica-argentina.blogspot.com.ar/2017/06/lo-que-tenes-que-saber-sobre-la-cultura.html
[9] https://apologetica-argentina.blogspot.com.ar/2017/09/discusion-con-una-mujer-que-esta-favor.html
[10] https://apologetica-argentina.blogspot.com.ar/2017/10/el-aborto-tema-religioso-o-tema.html
[11] https://apologetica-argentina.blogspot.com.ar/2018/02/sobre-el-discurso-pro-aborto-por-juan.html
[12] http://www.notivida.com.ar/
[13] https://apologetica-argentina.blogspot.com.ar/2018/02/15-razonamientos-enganosos-sobre-el_27.html
[14] https://gloria.tv/article/y82EKjydENp81WY22anbfywiC
[15] https://apologetica-argentina.blogspot.com.ar/2018/02/la-declaracion-de-la-iglesia-frente-al.html
[16] https://apologetica-argentina.blogspot.com.ar/2018/03/no-todo-merece-un-debate-por-francisco.html
[17] https://www.facebook.com/tomgonzalezpondal/

sábado, 3 de marzo de 2018

No todo merece un debate - Por Francisco Llambías


No todo merece un debate

Por Francisco Llambías

Bajo la lógica del liberalismo todos los temas deben ser discutidos: absolutamente todo merece un debate.
En esa inteligencia, la última palabra siempre la tiene el consenso, es decir, el acuerdo de la mayoría.
Digámoslo claramente: en la cosmovisión descrita no hay lugar para la verdad, no es posible afirmar algo con certeza, como por ejemplo que hay vida humana desde el momento de la concepción[1].



Tampoco es factible sostener que el derecho a la vida de los seres humanos por nacer sea absoluto.
Consecuencia de este pensamiento –ideología, en su sentido más peyorativo- hoy tenemos que debatir lo que es obvio, demostrar y argumentar sobre lo evidente: que el aborto implica matar a un ser humano. Ahora bien, ¿qué supone para la sociedad aceptar este pseudo debate? ¿La convierte en más madura?
La respuesta es no, ya que no hace más madura a una sociedad debatir sobre si debería legalizarse el asesinato de sus miembros más indefensos e inocentes.
Celebrar la apertura de esta discusión –como lo hacen tantos comunicadores sociales– sería equivalente a festejar que se inicie en nuestro país un debate sobre la posible legalización de la pedofilia; uno de tantos otros aberrantes delitos que sin embargo podrían –bajo la lógica que cuestionamos– igualmente discutirse.
Debatir algunas cosas habla de lo mal que se tiene que estar para llegar a esa instancia.
La discusión sobre la legalización del aborto en sí misma –independientemente de su resultado– es lamentable.
 Se cumplió el pronóstico anunciado por G. K. Chesterton: llegó el día en que se están blandiendo espadas para demostrar que las hojas son verdes en verano. Frente a este panorama, invitamos a todos los argentinos y hombres de bien a levantar la bandera de la defensa de la vida, a luchar contra la cultura de la muerte que hoy nos acecha; a ser la voz de los que no pueden gritar ¡¡¡quiero vivir!!!



[1] Se trata de una realidad biológica, universalmente aceptada por la ciencia de la medicina. Es suficiente con citar las manifestaciones del Profesor Jerome Lejeune, quien se desempeñó como catedrático de Genética Fundamental en la Facultad de Medicina de la Universidad de París. Fue además miembro de la Academia Pontificia de Ciencias: “Inmediatamente después que los 23 cromosomas paternos llevados por el espermatozoide se unen a los 23 cromosomas que aporta el óvulo, toda la información necesaria y suficiente para la constitución genética de un nuevo ser humano se encuentra reunida”.